Tengo mi plaza…sin fórmulas mágicas. Trabajo, constancia, sacrificio y sí, también una pizca de suerte.
Pero en mi caso, no pedaleé sola, había un tándem llamado “Molina”, que a veces me animó, otras pedaleó conmigo y en alguna ocasión empujó mi bici.
Aquí encontré seriedad, responsabilidad y mucho trabajo detrás. Un compromiso por parte de ambos, que yo acepté. Cada uno tiene sus circunstancias personales, su ritmo, unos necesitarán más y otros menos, aún recuerdo el primer mail que me envío, que guardo y que quiero compartir con vosotros, “…no puedo asegurarte que vayas a aprobar, pero sí que estarás en la lucha por las plazas…ánimo”.